Una de las cosas que veo muchísimo cuando empiezo a trabajar con los nuevos clientes, es que están bastante “mareados” y les cuesta saber y expresar con claridad qué es lo que realmente quieren lograr en sus interiores. En general tienen seleccionadas una cantidad enorme de imágenes que fueron guardando el celu, en Pinterest o en la compu, de manera desordenada, hasta el punto de que les cuesta encontrarlas para mostrármelas, y pasan de un dispositivo al otro diciendo “no, la guardé acá! “ah no, esa la saqué de este otro lado” “no, no, esa se la mandé por whatsapp a mi marido” y demás frases de este tipo que dan cuenta de lo aleatorio de la búsqueda.
Otro rasgo en común es que las imágenes suelen ser o todas muuuuy parecidas (con lo cual daría lo mismo tener una o cien) o todas muuuy diferentes (con lo cual es lo mismo que no tener ninguna) Estoy exagerando un poco, por supuesto… Y casi me atrevería a decir que el 100% de las imágenes son de espacios interiores. Si están por diseñar el living, de livings, si están por remodelar la cocina, de cocinas, y así de literal en cada caso.
No quiero decir con esto que esté mal hacer ese proceso, para nada. De hecho está muy bien, porque los ayuda a “ponerse en situación”, a imaginarse en una cocina así o asá, o en un living como este o como aquél. Pero hoy en este artículo los quiero invitar a abrir un poco más el juego, a buscar un poco en otros lugares, más abiertos, menos literales, y que tal vez te permitan conectarte con cosas más conceptuales que te ayuden a construir la identidad de tus espacios desde otro punto de vista, tal vez más propio, más auténtico y, ojalá, más original.
Para eso, preparé estas 6 fuentes de inspiración que te pueden ayudar a encontrar un CONCEPTO para tu casa que no sea la traslación directa de lo que vemos en las revistas, sino que te permita conectarte con sensaciones y emociones desde un lugar más primario, más esencial.
1. La pintura
Sin lugar a dudas el arte es un gran lugar de inspiración. Los artistas plásticos trabajan con colores, con formas, con texturas, con luces, con la espacialidad. Y todos estos son elementos clave en el diseño interior. Entonces ¿cómo no mirar el arte para inspirarnos? Desde una paleta de color, hasta la identidad que queremos darle a un ambiente pueden estar inspirados en un cuadro.
No es lo mismo pensar un ambiente “salido” de un cuadro de Klimt, que “salido” de un cuadro de Degas, o de un Mondrian (por nombrar sólo a 3 bien diferentes). En el primer caso tenemos lo vibrante, el brillo, lo sensual, el detalle, el ornamento; en el segundo caso aparece más lo diáfano, lo etéreo, lo elegante, lo sutil, lo clásico; y en el tercero lo geométrico, con colores puros y primarios, el orden, mucho contraste y planos bien definidos. Analizar y tratar de poner en palabras lo que nos transmite una obra de arte, nos va a obligar, de alguna manera, a bajarlo a conceptos para poder definir con cuál nos identificamos mejor y entonces desde ahí sí salir a buscar referencias de interiores en los que veamos plasmados esos conceptos.
2. La naturaleza
Esta creo que es la fuente de inspiración más primaria que tenemos. Casi les diría que es la razón de ser del diseño interior. La naturaleza es bella por definición. El mundo está lleno de paisajes muy diversos, entornos naturales con muchísima identidad que nos emocionan a veces hasta las lágrimas.
La naturaleza es el primer entorno de la humanidad, el primer ámbito donde habitamos. En un principio las personas vivían en la naturaleza misma: las cuevas, las cavernas, la selva, las palmeras, etc. Luego, con el avance de la cultura, y los desarrollos tecnológicos, fuimos construyendo nuestros propios espacios y con eso cambiando la experiencia de habitar. Pero la naturaleza ya nos había educado en la belleza y entonces ¿cómo no buscar trasladar esa belleza a nuestros interiores?
También acá aparecen colores, texturas, espacios, luces. Y también es de la naturaleza de donde vamos a tomar gran parte de los materiales concretos con los que vamos a materializar nuestros espacios: madera, piedra, tejidos, metales, etc. Entonces la naturaleza va a estar presente siempre de manera muy directa en nuestras casas. Prestemos atención y preguntémonos qué nos atrae de los distintos entornos naturales para saber bien qué expresión queremos para nuestros espacios.
3. El cine
Sintetizo en el cine pero me refiero a cualquier pieza audiovisual: una película, una serie, un videoclip, un corto, una animación, etc.
Es muy común hablar de que las películas están “ambientadas” en tal época, o en tal lugar. En general, en las producciones, hay un estudio bastante minucioso y cuidado de esas épocas o de esos lugares para reproducirlos de la manera más fiel posible. Las películas también se ocupan de recrear cuidadosamente ciertas “estéticas”, ciertos climas. Es por eso que se convierten en otro gran mar en el que bucear para poder descubrir lo que nos gusta y nos identifica.
Hay una pregunta que suelo hacerles a mis clientes y es ¿en que libro o película vivirías? En general les cuesta un poco contestarla (o les da pereza) pero si hacen el esfuerzo y lo piensan un poquito, suelen aparecer respuestas muy valiosas y significativas. No es lo mismo imaginarse viviendo en Mad Men, que en Amelie, que en Downton Abbey, o en El Cartero, en la serie nórdica El Puente.
Una vez me acuerdo que le pedí a una clienta que fuera a ver una película para convencerla de poner una mega biblioteca en el sector del comedor principal. No sólo fue a verla, sino que además le encantó la peli y terminamos poniendo la biblioteca ahí, junto a la mesa, y quedó diviiinaaa (antes de que pregunten, la película era una francesa que se llama “Caché, escondido”, año 2006)
4. La música
Hay otra pregunta que me gusta mucho hacerles a los clientes, y también a mi misma cuando estoy trabajando en un nuevo proyecto, y es “¿qué música le pondrías a este espacio?”. Los invito a hacer el ejercicio de imaginarse un espacio en el que esté sonando un tema de jazz clásico, otro en el que esté sonando una zamba y otro en el que esté sonando un tema de Charly García. ¿Se imaginan lo mismo en los 3 casos? Estoy segura de que no.
La música genera emociones, estados de ánimo, nos conecta con lugares, con regiones, con modos de vida, con energías diferentes. Pensar en la música que se escucha en tu casa, la música que te hace vibrar, es un excelente ejercicio para indagar un poco en cómo proyectar tu personalidad en tus espacios y también cómo bañarlos de un determinado estilo.
5. Las culturas del mundo
A lo largo de los siglos y los milenios, y todo alrededor del mundo, la humanidad fue desarrollando culturas con identidades bien diferentes y bien definidas que hoy conforman un gran legado; un trabajo inconcluso al que todas las generaciones y pueblos seguimos y seguiremos aportando incansablemente.
Antes era muy remota la posibilidad de intercambio, de conocer otras culturas y otros pueblos. Eso, sumado al fuerte condicionamiento de los distintos contextos geográficos, climáticos, históricos, sociales, fue lo que permitió el surgimiento de culturas tan diversas. Hoy que la tecnología y el transporte nos ponen a un click de distancia con el otro extremo del planeta, tenemos acceso al mundo entero.
Podemos estar en la ciudad de Nueva York y al mismo tiempo conocer lo que está ocurriendo en el pueblo más remoto de Asia. Y de todo eso podemos APRENDER, e inspirarnos, y empezar a tomar aquellas cosas que nos sirvan, que nos motiven, que nos den curiosidad o nos IDENTIFIQUEN con nuestra propia EXPERIENCIA.
6. La moda
Una cosa que suelen decirme mucho las clientas es que no entienden por qué no tienen ninguna dificultad en encontrar su estilo para vestirse, para combinar su ropa, sus accesorios, sus zapatos y carteras, y en cambio sí se encuentran muy perdidas a la hora de pensar todo eso para sus espacios. Yo suelo decirles que mirar cómo se visten es un excelente punto de partida para pensar sus casas.
La “moda” (lo pongo entre comillas porque nos referimos con ese término a la manera de vestir, pero descreo un poco de «las modas») es una manera de comunicarnos, de expresar lo que somos, cómo somos. Es una manera de presentarnos al mundo. Nuestra forma de vestir habla muchiiiiisimo de nosotros.
Si solés vestirte con colores neutros, seguramente no prefieras una casa llena de color. Si en cambio combinás colores y texturas, seguramente quieras eso también para tus espacios. Si usás ropa más bien informal o deportiva, seguramente tus interiores sean bien diferentes a los de quien se viste de manera más formal.
Un muy buen ejercicio para inspirarte es elegir 4 o 5 prendas o accesorios de tu guardarropas y armar un conjunto que te encante cómo combina. No lo pienses para ponértelo realmente, pensalo sólo como una combinación, porque eso te va a dar más libertad de mezclar algunas prendas que si tuvieras que vestirlas realmente no te pondrías (por ejemplo una blusa y un vestido) porque quizá encuentres en los colores o las texturas de esas dos prendas una combinación que te encante y sirva de inspiración. Sacale algunas fotos y guardala.
Por supuesto estas no son las únicas seis fuentes de inspiración que podemos encontrar para pensar nuestros espacios, son sólo las que a mi me resultan más relevantes. Si a vos te surgen otras, ¡bienvenidas sean! Y tampoco se trata de usarlas todas, ni todas juntas. Cada quien sentirá más cercanía o conexión con alguna o algunas de ellas y en esa misma elección ya vas a estar poniendo en juego muchiiiisimo de tu PERSONALIDAD.
LO QUE ME PARECE IMPORTANTE ES PERMITIRNOS ABRIR LA CABEZA Y JUGAR UN POCO, PARA LOGRAR ESPACIOS QUE SURJAN DE NOSOTROS MISMOS Y NO SÓLO DE LAS FOTOS DE LAS REVISTAS.